jueves, 29 de mayo de 2008

Resistir desde la retaguardia (La Quinta Columna, 29/05/2008)

En 1921, Ai Quóc escribió en la revista francesa, El Comunismo: “Estoy firmemente convencido de que la fuerza de la transformación revolucionaria está en el pueblo. Cientos de millones de hombres maltratados y oprimidos de toda Asia se levantarán. Lo harán con paciencia, aprendiendo del cerco y las derrotas. La victoria se construye con paciencia, así como se arma un rompe cabezas. Organizando primero la retaguardia y luego la vanguardia, siempre sin perder la iniciativa. Los pueblos saben resistir al hambre y a las humillaciones, sabrán también resistir a las infinitas adversidades de la guerra, siguiendo el ejemplo heroico de los más firmes y leales, fiel a los principios y flexibles en la táctica. De manera que no hay apegos ni posiciones que defender que no sean aquellos movimientos que nos conduzcan a la construcción de la resistencia desde la retaguardia.
Les digo a mis camaradas que se alejen del inmediatismo y la desesperación. Hay que aprender madurando. Cuando estamos cerca de los 50, podemos desechar las ilusiones y encarar el destino previendo el futuro. Estimo que la preparación nos llevará unos 30 años”. Desde una caverna en Pác Bó, provincia de Cao Báng, en el corazón de las montañas del extremo norte de Viét Nam, Nguyén Ai Quóc, más tarde conocido como Hó Chí Minh, escribía frenético, ordenes, cartas y reflexiones que conformaron toda una moderna teoría de la guerra de retaguardia. El 19 de Mayo de 1941, coincidiendo con su cumpleaños, Ho fundaba el Viét Ninh, y el 7 de Mayo de 1954, tras la sorprendente e increíble victoria sobre los franceses, en la batalla de Dién Bién Phú, sellaba la independencia. Luego, el triunfo aplastante contra el imperio norteamericano en 1975. ¿Cómo pudo este hombre derrotar a los imperios más poderosos de la tierra? Veamos su pensamiento: “Las formas organizativas no pueden apartarse de los objetivos estratégicos en función de las tareas inmediatas”. “Golpear retrocediendo, preservando las bases de apoyo de la retaguardia. Fortalecer las líneas de abastecimiento y sólo atacar seguros de la victoria”. “Cuando el enemigo avanza, retrocede. Cuando descansa, hostígalo. Cuando retrocede, persígalo”. “No hay posición periférica, la retaguardia es un campo de operaciones que se prepara para convertirse en vanguardia”. “Tomar y mantener una posición no garantiza la victoria. Hay que saber pasar de la guerra de posiciones a la de movimiento”. “La guerra popular revolucionaria es prolongada, siempre lo principal es el tiempo y la preparación previa”. “La guerra de decisión rápida es la última alternativa, hay que pensar siempre primero en adoptar el principio del ataque sistemático y el avance lento que va fortaleciendo zonas y posiciones territoriales; así es más segura y firme la victoria”. “Preservar siempre nuestras fuerzas mientras se desgastan las del enemigo. Desaparecer a veces sin dejar rastro. El lema es abandonar aquellas posiciones desde donde nos es muy caro avanzar. Dejarlas al enemigo para que se desgaste queriendo conquistarlas y preservarlas”. “Llevar a cabo una resistencia larga, poniendo en alto el espíritu de sacrificio y la creatividad. Aprovechar al máximo las pequeñas fortalezas y nunca arrojar nuestras fuerzas a grandes acciones que no estén aseguradas. Empujar al enemigo a retos que se conviertan en atolladeros, Procurar pequeños pero continuos éxitos. Obrar así por mucho tiempo, hasta que estén dadas las condiciones”.

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