jueves, 25 de febrero de 2010

Operación Crisóstomo (La Quinta Columna, 25/02/2010)

José Luís Rodríguez tiene una canción que dice: “Siempre igual, nosotros nos queremos siempre igual…”. Este es el caso de la relación entre el PPT y el Chavismo. Marchar juntos un rato, pero siempre el PPT hace lo mismo porque tiene una agenda propia. Recuerdo las elecciones del 2000, cuando aceptaron en sus filas a Willian Ojeda y lo enfrentaron al candidato de Chávez en Petare. Se fumaron una lumpia, fueron solos y se quedaron sin parlamentarios. El PPT siempre ha soñado con ser un tercer factor. Su proyecto es tener poder. Aspiran convertirse en una suerte de bisagra, o fiscal de transito, que desde La Asamblea, decida políticas; una vez con el gobierno y otra con la oposición. El argumento es simple: Ante dos radicalismos, jugar al centro extremo, como diría Negri de la izquierda europea. En el pasado, a los que jugaron así, no les fue bien: URD, OPINA, MAS, Nueva Generación y hasta Podemos. En este caso, una vez más, se trata de un ejercicio de oportunismo ramplón, producto de la ambición desmedida de un grupo sin ninguna profundidad ética o política; que como la rémora, se han alimentado de Chávez; sin ningún compromiso ni lealtad, que no sea aquel que emane de los intereses coyunturales comunes. O sea, pragmatismo puro. Por eso, la alianza con el gobernador disidente le viene “al dente”. Allí no hay nada que suene a ideología. Se necesitan mutuamente. El PPT se hace de una vocería y el otro, se dota de un aparatico nacional. Juntos, tratarán de hacerse de un puñado de parlamentarios en una asamblea que suponen, con una composición en donde ninguno de los dos grandes bloques será por sí sólo mayoría. Tratarán de colarse en el descontento que suponen, hay en una franja de la población hacia los dos bandos principales. Desde allí, levantar un nuevo chavismo sin Chávez que se perfile hacia el 2012, con candidato y todo. Seguramente, esta “cajita feliz”, cuenta con refresco, papitas y hasta financiamiento de algunos poderosos sectores económicos, cansados de la cómica y el canibalismo que está exhibiendo la oposición tradicional. A esta jugada la he denominado: Operación Crisóstomo, por su crudeza y por las implicaciones históricas que tiene, viendo hacia adelante y hacia atrás. Veamos: El disidente pide un debate constructivo, pero no tiene la delicadeza de aportar una sola idea. Él no quiere debate, lo suyo es una impostura. Cree estar hablándole a una franja de votos con lugares comunes y datos que arrojan algunas encuestas y grupos focales. Apela a la jerigonza ambigua del discurso liberal burgués y al argumento baladí de: “Tengo tiempo tratando de hablar con el presidente”. Ha Podido decir también lo contrario: “El Presidente me llama demasiado y no me deja gobernar”. Total, una “una rosa pintada de azul (PPT) es un motivo”. Sale con aquello de la convivencia y el apego a la Constitución. Es decir, la sociedad idéntica a sí misma que sin contradicciones insalvables y estructurales, y que se reconcilia en un debate metafísico entre “iguales”. No hay clases ni intereses antagónicos. Los opositores hoy aceptan la Constitución, porque fueron a una confrontación que los hizo apelar a la violencia del paro, las guarimbas y el golpe de estado ya fracasaron. Derrotados, se acogen al discurso ganador. Se ha construido una nueva hegemonía social que ha legitimado el marco constitucional y por eso, a ellos no les queda otro remedio que calarse la Constitución y apelar a ella. Otro argumento: el partido. Estoy seguro que el propio Chávez tiene críticas más profundas y contundentes. Nadie le está pidiendo que sea como Teng Siao Ping y espere 40 años. Lo de ellos es un descaro, ven la política como un ejercicio de costo oportunidad para el beneficio personal. El oportunismo es impaciente. No puede esperar.

jueves, 18 de febrero de 2010

La Guerra Eterna (La Quinta Columna, 18/02/2010)

Desde los tiempos del Presidente Truman, por allá por 1918, ya la guerra era considerada como parte de “el principio eficiente” de la economía. “Lo único moral es ganar, inmoral es perder, nos convierte en criminales”, decía. Hoy, la economía Norteamericana pasó a depender casi exclusivamente del gasto militar. Con la actual crisis económica que atraviesa Occidente, la tesis de Bush de prepararse para una “guerra eterna”, se ha convertido en doctrina de Estado. Contrariamente a lo que podría pensarse, los recortes presupuestarios de este año son en salud, educación y otras formas de seguridad social; mientras que el gasto militar se incrementó en más de un 15%, para un país que gasta cerca de 3 billones dólares en este terreno. Esto, sin tomar en cuenta el aumento en seguridad y en una nueva modalidad de transferencia de los recursos públicos al sector privado: los contratistas, suerte de consorcios que se encargan, desde la comida y la lencería hasta “los interrogatorios” y el manejo de las prisiones. Las acereras, la industria del calzado, la textil, la producción agroalimentaria, la petroquímica y cualquier otro ramo productivo, se encuentran hoy al servicio de esta nueva doctrina militar. La apuesta por una pronta y futura recuperación económica va de la mano del incremento de la presencia militar norteamericana en el mundo y de que se concreten operaciones en escenarios como Yemen o Irán. De manera que la proliferación de bases militares como las destacadas en Colombia y la Invasión “humanitaria” a Haití, no son un exceso o error. Forman parte de una política de consolidación de la expansión de “la ayuda e influencia americana en todo el planeta en tiempos de crisis e inestabilidad”, como reporta una cita de un documento del Pentágono aparecido esta semana en la prensa del norte. “La sola racionalidad no nos salvará. Tenemos que aprender de nuestros errores y desarrollar empatía con el enemigo real o potencial para conservar la ventaja”, Recomendaba McNamara al Presidente Johnson durante la guerra de Viet Nam. El controvertido secretario de defensa entendía por empatía, el colocarse en lugar del enemigo y entender su pensamiento. Era su manera americana de decir con Sum Su: “Conoce a tu enemigo te conocerás a ti mismo”, agregando que la empatía implica agresión, bloqueo, intimidación, espionaje y todo un largo etcétera. Esta dirección de ideas, ha llevado a pensar a la actual administración Obama, que el resto del mundo es el lugar que ocupa el enemigo potencial; esto significa que cualquier parte es un escenario, por lo que cabe aplicar el principio de “proporcionalidad americana”, Enunciada por Walter Lippman, asesor militar de Roosevelt, en un documento recientemente desclasificado: “Imponer la racionalidad significa aplicar la proporcionalidad americana, tal cual ocurrió en Japón. Aplastar sus principales ciudades; persuadir a la población civil de que la rendición es la mejor victoria; con la población de un país enemigo hay que actuar desmoralizándola. Desprestigiando a sus autoridades y sembrando desconfianza en sus instituciones, para que nuestra presencia y nuestras acciones sean esperadas y deseadas. Extendiendo la mano a aquellos ciudadanos que quieran escucharnos y estén a favor de la paz. Luego, de ser necesario, aplicar un castigo ejemplarizante a aquellos que se mantengan hostiles, como el que se llevo a cabo en Hiroshima y Nagasaki, para ganarnos la rendición del enemigo pero por sobre todo, el respeto de aquellos que tengan las mismas pretensiones. Desestabilizar a nuestros posibles enemigos presentes y futuros garantiza la estabilidad, la seguridad y el modo de vida americano”. No por casualidad, Bush se ha convertido en la mano derecha y principal asesor de La nueva administración de la Casa Blanca, de lo que ya es llamado “El Gobierno del Tío Tom”.

jueves, 11 de febrero de 2010

Ser marxista (La Quinta Columna, 11/02/2010)

Cuando Marx cumplía apenas 17 años, por allá por 1835, escribió lo que llamó su “plan de vida”. Parecía una presunción adolescente. “Quien elija la clase de vida cuyas actividades se orienten en lo que pueda hacer más bien a la humanidad, jamás flaqueará ante las cargas que pueda imponerle el infortunio, ya que éstas no serán otra cosa que gratos sacrificios asumidos en interés de todos. Quien obrare así, no puede contentarse con sólo goces egoístas. Su alma grande se encuentra lejos de las pequeñeces mezquinas. Su dicha será la de los otros, el patrimonio de millones de seres, y aunque sus hechos vivan calladamente, será para toda la eternidad. Siempre sus cenizas serán regadas por las ardientes lágrimas de todos los hombres nobles que luchan”. Quién lo diría. El muchacho fue consecuente hasta la muerte con su credo, haciendo de su vida una odisea que acompaña hasta hoy, la epopeya y la suerte de quienes no somos dueños de los medios de producción. Compañía que se extenderá durante todo el arco de tiempo comprendido por el periodo durante el cual exista lucha de clases, la explotación del trabajo y del hombre por el hombre; palabras siempre negadas, aborrecidas, malditas y temidas por aquellos cuya razón de vida justifica, paradójicamente el vigor de un nuevo marxismo crítico. Yo quisiera que los detractores de Marx me dieran fecha clara de, cuándo fue que la historia de la humanidad dejó de ser la historia de la lucha de clases. Porque, el argumento liberal de que cada vez hay más oportunidades y capas medias, no tiene nada que ver con la realidad del mundo, en donde dos terceras partes de la humanidad sobreviven en la más crasa miseria. También me da curiosidad saber dónde queda ese lugar, en donde las relaciones de solidaridad y cooperación sustituyeron las de jerarquía y su corolario: La subordinación. ¿Capitalismo es distinto a relación desigual y asimetría? ¿Desde cuándo dejó de ser depredador del hombre y la naturaleza? ¿O sea, dónde es eso del capitalismo con rostro humano? ¿O es que no saben que la riqueza del primer mundo es la pobreza del tercero? Por ejemplo, para que un parisino tenga un mueble de caoba, deben depredarse los bosques de Borneo. Allí los agricultores ganan menos de un dólar mensual. ¿Se acabó la división técnica del trabajo y la privatización jerárquica de los saberes? ¿Se acabaron las crisis cíclicas del capitalismo? ¿No se enteraron que estamos atravesando una de ellas? ¿Los frutos del trabajo son integralmente revertidos al productor primario, o su esfuerzo se acumula en forma de sobre valor, es decir, plusvalía? ¿En qué lugar el valor de uso abolió al valor de cambio y no al contrario? ¿La igualdad de género y el voto de la mujer; los sindicatos y la reducción de la jornada laboral; la educación pública gratuita, la libertad de conciencia y expresión; son conquistas sociales de los socialistas, o de quién? ¿Y Hitler no fue acaso un invento de los capitalistas europeos para detener el auge del socialismo? ¿No es esa la banderita que esgrimen de cuando, en cuando cada vez que los intereses de unos pocos se ven amenazados? Pregunten en cualquier lugar de América Latina. Los avatares que tensan la obra de Marx, el fracaso de aquellos proyectos que reclamándose de su pensamiento, avanzaron en sentido contrario; en donde los jefes del partido comunista terminaron siendo jefes mafiosos pro zaristas; o el trabajo que llevan a cabo apologetas ignorantes, apoltronados en dos o tres malas lecturas de los manuales de Bujarín, no podrán evitar que el interior del debate sobre el porvenir, que hoy ocupa al mundo, esté chisporroteado por el genio de Marx. Tampoco podrán evitar que este pensamiento esté presente en el sudor que produce la torsión de cada tornillo en el cuerpo de la fuerza de trabajo del planeta. Le temen al fantasma que este modo produce.

jueves, 4 de febrero de 2010

Pulsio, Saúl y 4-F (La Quinta Columna, 04/02/2010)

Nunca me ha cuadrado hablar de mí mismo. Pero, si quiero rendir homenaje desde mi humilde perspectiva, a la jornada del 4-F del 92, no me queda más remedio que apelar a la memoria que voy siendo, gracias al especial afecto de aquellos que han permitido mi incómoda presencia, dejando que los acompañe. De la busaca de la memoria se escapan algunos nombres que como tatuaje vinculo a aquella fecha. La madrugada del 3 para 4 de Febrero, lo más importante era recibir una llamada. Un nombre por otro, decía el maestro Derrida. Un nombre por sí mismo nunca dice nada, a menos que esté acompañado de la aureola de su propia odisea. Se trataba de la llamada de José Tovar, el Pulsio, o en su defecto, de Saúl Ortega. Pulsio había sido guerrillero y Saúl era un dirigente estudiantil de los buenos y los duros, que venía de ser militante del PRV. Estaban vinculados al movimiento desde temprano. Tenían contacto directo con los alzados. Si mal no recuerdo, uno de ellos era el sargento Venero y el otro el teniente Bracamonte. Pulsio y Saúl, dos camaradas de la Universidad de Carabobo del equipo de Nancy Pérez, que conocimos en las luchas callejeras de finales de los 70. Veníamos de marchar juntos en un recorrido que alcanzaba todo el país, construyendo un masivo movimiento estudiantil que para esos días sacudía a todas las universidades de Venezuela, por cierto, sin ninguna cobertura mediática. En Caracas éramos un puñado de amigos los conjurados. Nuestra relación: Un oficial de apellido De La Rosa, destacado en el Hospital Militar. Pero por una delación habíamos perdido el contacto. De manera que el vínculo era Carabobo. Gracias a Anahí Arismendi, siempre amiga y colega periodista, que para aquel entonces trabajaba en el periódico El Globo, también hacíamos contacto. Teníamos reuniones regulares Con Klevel Ramírez y de cuando en cuando, con algún oficial juramentado. La frenética actividad que nos envolvía se mantuvo hasta pasados muchos meses después del segundo pronunciamiento militar, del 27 de Noviembre del 92. Para ese momento, Adina Bastidas, Vidal Cisneros y yo, sacábamos un periodiquito semi-clandestino llamado 4-F. Recuerdo siempre con mucha emoción, la madrugada del 27-N. Teníamos que hacer un contacto de carro a carro, intercambiando luces. Entonces me topé con Nicolás Maduro, a quien no veía desde los tiempos del liceo y con el Comandante Madrid Bustamante, para afinar contraseñas y órdenes de último minuto. Pero como en Las Mil y Una Noches, esa es otra historia. Yo estaba recién graduado de periodista y comenzaba de profesor en la UCV. Ahora, ¿A que ha venido semejante historia? Lo que quiero decir, es que nos animaba algo así como un conjuro, un espíritu. Estábamos poseídos de una gracia, de un instinto; una fuerza que algunos llaman convicciones. No aspirábamos a mas nada que ha ser parte del sueño y la aventura de transformar el mundo. Por la cabeza de ninguno aparecía un cargo o una recompensa. Lo mejor que podía pasarnos era que saliéramos vivos de todo aquello. Revisando la página de ese momento en el tiempo de nuestra mínima historia personal; sacando al aire los recuerdos para que tomen sol y hagan un poco de ejercicio, me topo con el entusiasmo y la motivación que nos movió aquellos días. Me pruebo el brazalete, estoy más gordo pero todavía me queda. Siento que se trata del mismo tejido y de la misma esperanza que nos abraza ahora. De todos los recuerdos me quedó con la sonrisa franca humilde y campesina-que son dos pero es la misma y una-, de Pulsio y de Saúl, cuando descorazonado, unos días después del pronunciamiento, nos vimos en un bar de Sabana Grande y les pregunte: ¿Ahora qué hacemos? La respuesta fue la esperada: “Lo de siempre camarada, subir el ánimo, apelar a la moral revolucionaria. Hacer lo que sabemos, seguir luchando, seguir buscando el sueño”.