miércoles, 1 de abril de 2009

Crisis y Multitud (La Quinta Columna, 01/04/2009)

Algunos, desde el marxismo dogmático o desde el liberalismo, intentan descalificar la fuerza impugnadora y la radicalidad del concepto Multitud, sobre la base del prejuicio y la descalificación. Forzando la balanza para colocarlo sobre la barca de Procusio, aquel que cortaba los pies y la cabeza de los muertos para que entraran en su vehículo y así poder llevarlos al infierno. Son enemigos de esta nueva nomenclatura, aquellos que se quedaron anclados en dos o tres malas lecturas. Se trata de una presión insensata para reducir el concepto y hacerlo pasar como una invención reaccionaria. Nada más alejado de la realidad. Ya lo hemos dicho, La Multitud es el nuevo nombre de la clase en el momento de la sociedad del capitalismo tardío. En el tercer movimiento del metabolismo del capital, es decir, en trance de la sociedad fordista-tailorista a la era de las nuevas tecnologías. Ocurrencia que es producto de la forma en que el capitalismo como lógica se derrama sobre el resto de la sociedad como una cerveza en un mantel, inundando todo y contaminado con su voluntad de mando al mundo de la vida, hasta subordinar incluso la subjetividad de cada individuo. Es el momento en que el capitalismo se reproduce desde el cuerpo humano: El tiempo del biopoder del capital. T. Negri lo dice de esta manera: “Ese enemigo del imperio, al que denominamos Multitud, cultiva sus diferencias en relación al rechazo al poder de mando por parte de la explotación capitalista. La Multitud es un sujeto en acto, es decir, “interregno”, contenido en rebeliones y revueltas, que se expresa en momentos puntuales y desde muchos lados distintos desde aquellos que trabajan y producen. Es una fuerza que puede ser expresada políticamente pero no encerrada por ningún poder, pues ella en sí misma es la fuente de todo poder, y en este sentido sigue siendo una idea de clase, pero ahora con una extensión mayor por tanto integra de manera mucho más clara la idea de heterogeneidad, movimiento, renovación y transformación, con arreglo a las singularidades que la componen”. El tránsito de las sociedades del Estado- Nación a esferas de alianzas polivalentes de intereses supranacionales, que ocupa un arco que va de lo bilateral a lo multinacional, pasando por todo el proceso de mundialización del capital, obliga a afinar la mirada. El concepto Multitud pasa a ser un buen lente. Así como se globaliza la dominación imperial del capital transnacional integrado, se mundializa también su propia crisis. Pero en ese mismo movimiento insurgen también nuevos actores que integran y articulan sus luchas, no desde un frente o una vanguardia clásica, sino desde múltiples frentes y retaguardias. Construyendo vanguardias colectivas y movimientos que desde su autonomía y diversidad van tejiendo redes de reconocimiento y acción común. Comprender que los conceptos no son operativos solamente en el terreno de la ideología y la teoría sino principalmente en el terreno concreto y en la composición de los imaginarios que hacen las luchas, es dar el salto cualitativo al interior de la izquierda y es preparar las condiciones para que desde hoy germine el porvenir en la apuesta con nuevas prácticas de gestión, intervención y liderazgo social. Las prácticas tienen un contenido teórico importante. En nombre de la revolución pueden llevarse a cabo prácticas no revolucionarias, por ejemplo, el burocratismo. Así mismo, ésto puede ocurrir desde el autonomismo comunitario que puede derivar en sectarismo. Por eso, hay que atreverse a vivir la experiencia de vislumbrar de manera política el comunismo siempre presente en La Multitud constituyente.

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