jueves, 19 de marzo de 2009

Los Adivinadores (La Quinta Columna, 19/03/2009)

En la edad media, el oscurantismo hizo estragos y la superstición se convirtió en el pan de cada día, de manara que la brujería formaba parte de la vida cotidiana. Predecir era entonces una profesión de las más solicitadas y respetadas. Los venezolanos jamás olvidaremos que nos ha tocado vivir el tiempo de extinción de los últimos políticos brujos. Veamos: Los que hoy se preocupan constipando el rostro y desmelenándose en epítetos contra la recuperación de los puertos y aeropuertos por parte del Estado central, son los mismos que se movilizaron el 11 de abril de 2002 contra las leyes habilitantes, promoviendo un golpe de estado. Ley de tierras, ley de pesca artesanal, ley de micro finanzas, ley de hidrocarburos, ley de timbre fiscal, entre otras, eran las piezas del ogro comunista que tenía que ser derrotado por la “sociedad civil,” decente. Monstruo comunista que permitió exclamar a Carmona, vocero de turno de la oposición, que: “De aprobarse ese paquete de leyes infames, el país caerá en un abismo oscuro tan profundo que no podrá recuperarse jamás”. (Sería ocioso recordar que luego el gobierno recuperó el país y comenzó un crecimiento sostenido de la economía que ya alcanza los 8 años). En aquel momento los gerentes petroleros eran los líderes a seguir. Según ellos, la ley de hidrocarburos acabaría con la industria y la pondría en manos de unos bárbaros. Tampoco se cumplió esa profecía. Más recientemente, con la compra por el Estado, de la CANTV y de La Electricidad de Caracas, los opositores alertaban al país sobre la posibilidad de quedarnos sin luz y sin electricidad. Algunos medios incluso caricaturizaron pintando muñequitos que hacían señales de humo, a falta de teléfonos. Otra vez les falló el oráculo. Ahora resulta que se enfrentan al empeño que tiene Chávez de recuperar los puertos y aeropuertos, a fin de poner orden y recomponer al Estado nacional, luego de su fragmentación neoliberal. Entonces vuelve el argumento de la incapacidad gerencial del gobierno y la predicción favorita de los opositores: El fracaso. Resulta que con la aplicación todavía parcial de la ley de tierras, se reactiva el sector agrícola y con la implementación de la ley de pesca ha crecido en seis veces la capacidad de los pescadores artesanales sin detrimento de las grandes empresas pesqueras. ¿Qué defienden entonces los opositores? Su derecho a que se mantenga el régimen de privilegios que los sostuvo en el poder en el pasado. La dirigencia opositora, mayoritariamente integrada por personas auto asumidas como portadores y paladines de la democracia y la libertad, asume de manera automática que todo los público es malo por definición y lo privado bueno porque sí. Con este argumento, a lo Berlusconí, han venido sosteniendo una campaña de miedo, medias verdades, omisiones y mentiras que compone “la magia” de sus discurso. ¡Ha! recordemos también que a la ley Resorte la llamaban ley Mordaza y movilizaron gente aterrada porque creía que de veras quedaría restringida la libertad de expresión. Por eso, cuando contemplo el rostro triste de los gobernadores opositores, mostrándose como ultrajados y confiscados; cuando los veo defendiendo lo indefendible, es decir, cuando patalean desesperados gritando: ¡pasado no te vayas! Me imagino a Juan Fernández, el mismito de Gente de Petróleo, sumido en su aquelarre mediático, jugando con sus cubitos de colores, feliz porque su mayor éxito en la vida fue, casi quebrar al país. Ahora me toca a mí jugar al adivinador. Si siguen así, los líderes opositores que todavía gozan de algún espacio, terminarán en Miami, junto a Fernández, gritando conjuros y maldiciones brijéticas contra Maglio Ordoñez. ¡Qué pena!

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