miércoles, 15 de noviembre de 2006

CRÌTICA DE LA RAZÓN MEDIÁTICA
AGRADECIMIENTOS

AGRADECIMIENTOS

Muchos investigadores cuentan con un grupo de apoyo que recoge el material para la mezcla. Un instituto de investigaciones u otra institución que le acompaña. Yo he corrido con la suerte de contar con el instinto solidario de un puñado de camaradas, empeñados en el debate; en hacer posible y suyo el esfuerzo de cada cual. Nada como las apuestas por las ideas, nada como la amistad para levantar la plaza desde donde fundarse. Doy todo mi afecto y reconocimiento a ellos, sin los cuales la vida transcurriría de una manera insípida. De alguna manera también son responsables de que este libro viera la luz, pues sin ellos, carecería de sus más críticos lectores.
Al amigo entrañable, mi tutor, Rigoberto Lanz. Me ha enseñado el camino sin atajos que lleva a intentar el pensamiento. A Daisy D´Amario, por su dedicada y desinteresada entrega, por la seriedad y el rigor de su trabajo, por todo lo que significa su modesta y siempre humilde sabiduría.
A Magaldy Téllez, por su tesón, agudeza y desprendido afecto. Sin ella no hubiese sido posible algo del tono de este libro, pues puso todo su empeño para ello. Me regaló la torrencial pasión de su felina inteligencia, logró transmutarse con algunas astucias, en cada línea y entregó muchas de sus horas y de su conocimiento, para ayudarme a darle forma final al texto, particularmente en lo referido a la elaboración del aparato conceptual, "la caja de herramientas" expuesta en el glosario.
A mi hermano y camarada de siempre, Yahvé Álvarez, quien me acompañó todos los días de escritura de este libro y lo hizo suyo, siempre con fe en mí, con una irrenunciable capacidad de paciencia, siempre dado para ayudar sin pedir nada, un hermano que no conoce límites.
Héctor Sánchez, Néstor López y Robert Galbán por aportar la inteligente pericia de sus divertidas madrugadas. Su juicio crítico y su precisión a la hora de construir cada idea, con cada taza de café negro, o la frase que llenó de humo, trozos de pizza y carcajadas el debate, es un tesoro que no puedo transferir, son ya, parte de los recuerdos que nos deja la aventura de escribir.
A María Eugenia, por su aporte, por su presencia, por la paciencia de su espera desde la dulce ironía de su sonrisa. Si, a todos ellos, siempre divertidos, amables y solidarios, porque comprendieron la soledad del gesto mismo de escribir un texto y se sumergieron con entusiasmo conmigo en los meandros profundos de la amistad verdadera que podemos sin ningún tropiezo llamar amor.
Pero sobre todo, a la multitud de camaradas con los que compartimos la intemperie, el devenir, la apuesta de los sueños, el afán por traducir en teoría la experiencia, las prácticas y la memoria, a los que luchan por fundar la emancipación humana desde una subjetividad ético-política hecha-en-común.
A los camaradas que desde su propio cuerpo, construyen el cuerpo común del poder constituyente. Puede ocurrir que el devenir acabe materializando su despliegue social en un rostro-proceso. Aquello que Deleuze llamó personaje conceptual y al que todos y todas nombramos -tal vez por la cómoda cotidianidad de repetirlo- Chávez, para decir en voz alta, lo que los signos asoman al referirnos a nuestros propios sueños, esperanzas emancipatorias y pasiones.

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