jueves, 20 de agosto de 2009

Ideologizar (La Quinta Columna, 20/08/2009)

Yo creía que el debate sobre la ideología era propio de marxistas sin oficio. Parece que no. Que curioso, nadie tiene respuesta para esta pregunta: ¿Qué entiende la derecha por ideología? Por qué cada vez que se queda sin argumentos apela a la manida tesis de acusar de ideológico a cualquiera. Sin embargo, en vez de darnos risa y atacar la discusión, muchos se ponen serios y se disgustan ¿Será por nuestras carencias? Para Marx, el asunto ideológico plantea una determinación que se expresa como campo de lucha por la apropiación de aquello que debe ser representado. Es decir, el dominio de la lectura de lo real para imponer legitimidades alrededor de la verdad y en correspondencia, establecer lo que debe ser dicho, lo que debe ser deseado y las formas de realización del deseo. O Sea, establecer una hegemonía. Este privilegio le corresponderá a la clase que asuma el poder, léase bien “la clase, el poder”, no la élite, no el gobierno. La pregunta repugnante con la que abrimos en principio nace, porque extrañamente la acusación contra la Ley de Educación, es que es mala por ideologizante. O sea, que nuestro empeño en cultivar claves éticas para la transformación histórica, es dudosa porque está vinculada a fines y a un proyecto político. Y para ellos, esto es un delito. Con decir: “No comparto tu proyecto, mi ideología es más bonita”, sería suficiente. De eso hablaron los estoicos. La no ideología es una dimensión ideológica del pensamiento liberal burgués y de su positivismo lógico, que lee a la ciencia y a la verdad, como el producto de resultados exactos, como absolutos y como universales históricos. Por eso, nada mas ideológico que lo no ideológico. “Nada más erótico que la abstinencia”, Decía Lucano de Seneca. Los Torquemada de moda, se transvisten de “pureza” y desfilan por los medios, disfrazados de candorosas Marilyn Monroe que persiguen un ideal-mundo, en donde pobres y ricos se rían de los mismos chistes, e ir a Disney sea un gesto inocente (en lo personal no me parece ningún pecado, en todo caso una decisión de mal gusto, pues hay otras opciones y destinos en el mapa, antes de ir a visitar a una rata). Habría que leer a Vicente Verdú en su libro “El planeta América”, para entender, qué ocurre en la consciencia, cada vez que vamos, por ejemplo, a India y preferimos morder una hamburguesa de Mc Donalds. Verdú asegura que estos locales son verdaderos conteiner de ideología americana, suerte de enclaves y embajadas de un registro, una nomenclatura cultural, una manera de ver y de organizar al mundo. Para mi, siguiendo a Laclau, la ideología es un campo de representaciones desde donde es posible tirar la barda lacaniana, es decir, un espacio-tiempo de saber-poder-subjetividad. Allí es posible fundarse para llenar de significado a los significantes vacíos y flotantes que hacen la realidad. ¿Podemos hablar de ideología ante una ecuación matemática? Claro que no, al menos no inmediatamente, pues las matemáticas son un juego de lenguaje que contiene sus propias soluciones y respuestas, por eso las computadoras pueden realizar cálculos, aunque por ahora no pueden pensar. Ante esto Lenin decía: “Siempre la pregunta más importante es: quién, para qué; es decir, quien da las órdenes, quién las obedece y que se logra con eso”. ¿Historia no ideológica? ¿Geografía no ideológica? ¿Un idioma y el leguaje libre de manchas (ideológicas)? ¿Dónde? ¿Será ideológica la pretensión de La Iglesia Católica, de hegemonizar el ámbito académico? Hablemos de ideología entonces. Se va a la escuela por la misma razón que se ve TV. La educación es una máquina de propaganda, el problema es que la derecha solamente lee a Popper y cree que el único intelectual es Vargas Llosa, elección estúpida y por demás ideológica.

No hay comentarios: