jueves, 11 de diciembre de 2008

Enmienda (La Quinta Columna, 11/12/2009)

¿Por qué los oposicionistas afirman que no debe haber continuidad en la posible reelección de la figura presidencial y que de esto ocurrir sería autoritarismo? Confieso de manera auto crítica que le he dado la vuelta a sus argumentos y no encuentro razones de fondo. Si te puedes postular de manera indefinida y continua, deberías tener también un derecho correlativo al derecho anterior, que no quede limitado por el hecho de resultar elegido dos veces. Pareciera de este modo, que se castiga la popularidad. Además, si el pueblo tiene el derecho a revocar el mandato a mitad de periodo de manera continúa, es decir siempre que quiera ejercer ese derecho, por qué no puede ser reelecto un presidente si el pueblo así lo quiere. Porque entonces le estaríamos negando un derecho en términos de igualdad, a aquel ciudadano que es Presidente dos veces, a favor de quienes no lo han sido y pueden seguir postulándose al infinito y vulnerando el principio de equidad y reciprocidad. Pero hoy, el que ya fue Presidente, no puede presentarse aunque lo haya hecho bien, aunque el pueblo quiera que continúe. Pareciera que en la cabeza de algunos, de manera interesada, continuidad fuera igual a despotismo, igual a autoritarismo. La Democracia debe ser un ejercicio continuo y permanente del Poder Constituyente del pueblo, y este no puede ser regulado por una cortapisa legal que niegue su potencia, por medio de un instrumento que diga: "legalmente la soberanía la puedes ejercer por dos periodos y no por tercera vez. Para un tercer, cuarto o quinto periodo tu soberanía se ve limitada y tienes que escoger a otras opciones, aunque no quieras". El pueblo soberanamente es el dueño del poder y debe PODER elegir a quien le dé la gana cuantas veces quiera y revocarlo en el momento que le parezca conveniente. ¿Dónde dice que la fuente de todo poder, puede ser limitada por una Ley que paradójicamente no pueda ser modificada por aquel sujeto que es fuente de todo poder? ¿Qué ley puede negar el ejercicio de ese poder que constituye la legitimidad de todas las instituciones y el fundamento de todas las leyes? ¿Qué blasfemia niega el ejercicio del Poder Constituyente, de la Soberanía, acotándolo y limitándolo? Sectores que se dicen revolucionarios, afirman que están de acuerdo con la reelección presidencial, pero debe ser equivalente a Alcaldes y Gobernadores. Argumentan que lo que es bueno para el pavo debe ser bueno para la pava. No estamos hablando de pavos y de pavas, son distintas formas de gobierno, distintas formas de ejercicio de la legalidad. Cuando se trata de ámbito nacional, podemos hablar de Soberanía Nacional, porque ésta no se fragmenta, porque es la suma de elementos diferenciales que no son uno más uno más uno, sino que son sumas cualitativas no puramente cuantitativas. Multitud de singularidades que consiguen su paralelaje o identidad política, consagrada en un sistema jurídico que los une que se llama Espacio Nacional. La Soberanía se ejerce en bloque en un tiempo, en un espacio de territorio; la soberanía no puede ser fragmentada en distintos estados locales; porque sino mañana se hace un referendo en el estado tal y en el estado cual y por circunstancia deciden separarse de Venezuela, y como confundimos las cosas, creemos que se trata del ejercicio del derecho soberano y se separan. Mi pedacito de soberanía en Petare me lo llevo, mi pedacito de soberanía en el Zulia me lo llevo, como que la soberanía pudiera ser separada de su propia naturaleza. Así, perdería su Poder Constituyente del Estado Nacional. Por eso no hay que confundirse, una cosa es la legitimidad y otra la soberanía.

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